23 de febrero de 2008

Johnny!.entrevista de este viernes!


Ha ganado el Globo de Oro al mejor actor de comedia o musical con su impactante trabajo en Sweeney Todd: the demon barber of Fleet Street, pero no es favorito ya que ha integrado el batallón de perdedores que ha visto como Daniel Day-Lewis se llevaba cada premio en juego en las semanas previas a los Oscar, por lo que sus posibilidades de alzarse con la estatuilla dorada son casi inexistentes.

¿Qué le atrajo en particular de Sweeney Todd?

Que la iba a dirigir Tim Burton. Yo estaba familiarizado con las versiones anteriores. Y me pareció que esta podía ser una buena oportunidad para crear un nuevo Sweeney, un poco más contemporáneo, en una onda rockera y hasta un poco punk.

¿Quién le inspiró? Al principio, el rey del cine mudo, al menos en el género del horror, que era obviamente Lon Chaney. Boris Karloff fue otra de las imágenes clásicas de aquellos monstruos tempranos del cine y también me inspiré en Peter Lorre, a quien adoro. En cuanto a la manera de hablar, es difícil de decir. Creo que copié de Iggy Pop, quien tiene voz muy profunda.

¿Le parece que Sweeney está completamente loco? Es una víctima que sueña con vengarse y se termina obsesionando con ese sueño de venganza, y eso finalmente se transforma en una obsesión compulsiva, y de allí a la locura hay sólo un paso. Y finalmente, eso es lo único que él tiene en su vida, lo único que le empuja y lo mantiene vivo.

Usted eligió no tomar clases de canto y preparar por su cuenta las canciones... Me fui al estudio que un amigo tiene en su garaje, y me puse a grabar las canciones para ver si podía superar el miedo que me causaba semejante exposición pública. Envié la grabación a Tim y a él le pareció bien. A partir de entonces me sentí un poco más seguro, pero la idea de prepararme formalmente y ponerme a cantar escalas delante de un profesor con su piano no me resultaba atractiva. Mi instinto me decía que no importaba si yo no sabía cómo había que hacer para cantar, que lo que tenía que hacer era ponerme a cantar y punto. Y eso fue lo que hice.

¿Qué es lo que Tim le da como director que no le da ningún otro? Hubo entre los dos una conexión instantánea en muchos niveles, comenzando por su extraña fascinación por lo absurdo, como los búhos de macramé y las frutas de resina. En aquel entonces nadie pensaba que las frutas de plástico que se ponían en la cocina tenían nada de ridículo. Por lo tanto fue una conexión inmediata entre los dos. Pero en un nivel más inmediato, el trabajo de un actor es darle a su director opciones que se ajusten a lo que quiere o lo que uno cree que quiere.

Cuando yo me presento en un plató y empiezo a preparar un personaje se me ocurren un montón de ideas y trato de incorporarlas en el personaje hasta que me siento bien con él, con la esperanza de que otros van a sentir lo mismo que yo, pero cuando estoy trabajando con Tim, antes de pensar en el personaje, pienso en él. Simplemente espero no desilusionarlo con el resultado de mi trabajo
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